Con las negociaciones entre el presidente Juan Manuel Santos y las FARC, los terroristas están logrando lo que en 50 años no alcanzaron: poder.
Alfredo Rangel, senador del Centro Democrático, advirtió que “los acuerdos de La Habana no constituyen un acuerdo humanitario, involucra algunos temas como el cese al fuego o la situación de las víctimas, pero el resto de estos acuerdos no requieren de interpretación humanitaria” y por esto no es posible tratarlos como acuerdos especiales.
Además, resaltó que el presidente de Colombia “no sólo habría cedido a la impunidad de las FARC, sino que también habría accedido a que los miembros de este grupo armado sean elegibles en cargos de representación popular, logrando reconocimiento político”.
1 de junio de 2016.