Aunque el mismo fiscal general, Néstor Humberto Martínez, viene advirtiendo los peligros de la erradicación manual y pidiendo retomar la fumigación aérea, el Gobierno Santos se niega a atender las solicitudes.
La erradicación manual no solo es menos efectiva que la fumigación, sino que pone en riesgo la vida de quienes hacen esta labor debido a las minas que terroristas como las FARC instalan alrededor de los cultivos de coca.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU informó que «muchas personas habrían perdido la vida o resultado heridas como consecuencia de la explosión de minas terrestres o de ataques de grupos armados ilegales».
Por esto, es necesario detener esta forma de erradicar «hasta que se verifique que las áreas están efectivamente libres de minas terrestres».
4 de noviembre de 2016.