El linaje de la canciller Holguín

La barca de Calderón

Por William Calderón Z.

13 de abril de 2016

La historia y el periodismo poco subrayan que el expresidente de Colombia, Carlos Holguín Mallarino, tíobisabuelo de la actual Canciller, Maríaa Holguín, nació en Nóvita, en el departamento de Chocó.

En su mandato (entre 1888 y 1892) se destacó especialmente por traer a Colombia los servicios de telefonía; amplió el alumbrado público en Bogotá; creó la Policía Nacional, como lo destaca el periodismo afrobogotano, apéndice del afrocolombiano.

Los ancestros

Siguiendo con nuestro relato de ayer sobre la participación en la historia de Colombia de los ancestros de la Canciller Holguín, nos encontramos nuevamente con Jorge Holguín Mallarino, quien ejerció la presidencia desde noviembre de 1921 hasta agosto de 1922. Durante su gestión se ratificaron los tratados Urrutia-Thompson con los Estados Unidos, y Lozano-Salomón con el Perú.

Los límites con Panamá

El Tratado Urrutia-Thompson estaba pendiente de ser perfeccionado desde 1914 y fue a través de éste, mediante su ratificación en el Congreso el 22 de diciembre de 1921, que Colombia fijó los límites fronterizos con Panamá de conformidad con lo indicado en la Ley colombiana del 9 de junio de 1855, a la vez que reconocía tan grande pérdida.

Panamá no tuvo ninguna participación en la negociación del tratado, ni tampoco le dio el derecho a Estados Unidos para que actuara en su nombre.

Al aprobarse dicho tratado, Panamá protestó y no reconoció esos límites en vista de que ninguno de los dos países firmantes podía obligarla a cumplirlo.

Tomás Cipriano de Mosquera

El tratado Urrutia-Thompson fue firmado por el Ministro Plenipotenciario Francisco José Urrutia Olano, quien estaba casado con Elena Holguín Arboleda, a su vez, hija del General Holguín y doña Cecilia Arboleda, hija del escritor y político Julio Arboleda Pombo, presidente de la República, quien a su vez era sobrino político del cuatro veces presidente Tomás Cipriano de Mosquera, a su vez suegro del presidente Pedro Alcántara Herrán y hermano del presidente Joaquín Mosquera.

A Perú También le tocó

Con el tratado Lozano-Salomón firmado –en secreto- el 24 de marzo de 1922- con la República del Perú, Colombia tuvo que ceder al Perú la zona comprendida entre el río Putumayo y los ríos Napo y Amazonas, zona que pertenecía a Colombia en 1810 tal como estaba confirmado por diversos tratados suscritos con el Ecuador: Tratado de Pasto de 1832, Tratado de 1856 y Tratado Muñoz Vernaza-Suárez de 1916.

El secreto

Este tratado se mantuvo en secreto por tres años en ambos países, y al ser descubierto por la opinión pública en ambos países provocó airadas controversias.

En Colombia se manifestó el inconformismo por el tratado al sólo dar un estrecho brazo de tierra sobre la ribera del río Amazonas, según la opinión pública, por la incapacidad diplomática para acarrear mayores responsabilidades en pro de sus derechos sobre el territorio.

El canje por un guerrillero

Siguiendo la lista, encontramos que el presidente encargado entre 1951 y 1953 Roberto Urdaneta Arbeláez– quien contrajo matrimonio con Clemencia Holguín y Caro, la prima hermana de su abuelo, hija menor de Carlos Holguín Mallarino y de Margarita Caro Tovar, hermana del presidente Miguel Antonio Caro- resolvió reconocer la soberanía sobre el Archipiélago de Los Monjes, en canje por la devolución del guerrillero ‘Cheito’ Velásquez, mediante una simple nota diplomática, como lo insinuaba el embajador en Caracas, Francisco Urrutia Holguín, el hijo de Francisco José Urrutia y doña Elena Holguín Caro.

Declaraciones desastrosas

El texto definitivo fue aprobado por el primer mandatario y bajo la sigla GM 542 del 22 de noviembre de 1952 suscrito por el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Juan Uribe Holguín y por el embajador de Venezuela en Bogotá, Luis Gerónimo Pietri. Al respecto, Uribe Holguín se refería a Los Monjes como “formaciones rocosas deshabitadas, sin valor económico aparente”; de la misma manera, Urrutia Holguín, no quedándose atrás con las declaraciones desastrosas, afirmaba que “Colombia no objetaba la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el Archipiélago de Los Monjes” y que por lo tanto el país no se oponía a “reclamación alguna”. Como las «Salomónicas» pronunciadas ahora por María Holguín frente al diferendo con Nicaragua.

Nicaragua también desconoció

Las afugías de nuestro embajador en Caracas, Francisco Urrutia Holguín, tenían un motivo extra, que era el de su opinión disidente como juez ad hoc en el caso relativo al laudo arbitral del Rey de España entre Nicaragua y Honduras, de 23 de diciembre de 1906. Nicaragua quería desconocer la obligatoriedad de ese laudo y el principio de la cosa juzgada.

El 18 de noviembre de 1960 por catorce votos contra uno la Corte Internacional de Justicia decidió que el laudo era obligatorio y que Nicaragua debía ejecutarlo (ICJ, Case Concerningthe Arbitral AwardMadebythe King of Spainon 23 December, 1906 – Honduras vs. Nicaragua).

La reina regente

El único voto en contra fue del juez ad hoc Urrutia Holguín, quién en su salvamento mantuvo la tesis de que la validez del laudo de 1891 emitido por la reina regente María Cristina de España en el asunto de límites entre Colombia y Venezuela había sido sometida a un nuevo arbitraje ante el Consejo Federal Suizo, que se pronunció en 1922.

Algo totalmente erróneo: ante el Consejo Federal suizo lo que se debatió fue si el laudo español podía ejecutarse parcialmente, como lo sostenía Colombia o sólo cabía ejecutarlo en su integridad, que era la posición de Venezuela.

 Los negligentes Holguín

Estas acciones negligentes les hizo afrontar a los Holguín en su tiempo todo un proceso de recriminaciones políticas, administrativas y jurídicas, e incluso fueron acusados de traición a la patria en el Congreso, a raíz de su intervención en el caso de Los Monjes, en el que, según sus acusadores, se arrogó competencias que sólo correspondían al presidente y al Congreso, violando así los preceptos constitucionales.

El tiempo y la “danza de las horas»

Enrique Santos Montejo, ‘Calibán’, abuelo del actual Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en 1953 escribía en su columna del diario El Tiempo, llamada ‘La danza de las horas’: “No convirtamos el caso del islote de LOS MONJES en controversia internacional.

Vale mucho más la cordialidad con Venezuela.

Cedamos en nuestros derechos.

Y demostremos al pueblo que apreciamos en mucho más su amistad que la posesión de pedazos de tierra o de roca”.

Nepotismo y ligereza de los Holguín

Sirvan estos apuntes históricos del linaje de la Canciller María Ángela Holguín, para hacer una profunda reflexión sobre la participación de estos personajes dentro de la definición de los límites del Estado colombiano y, de paso, llamar la atención sobre el nepotismo y la ligereza con que se manejan las relaciones internacionales de Colombia con sus vecinos.

El llamado es a no cometer una nueva ‘Holguineada’ en el caso de nuestro Archipiélago.

No permitamos que se repita la historia.

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