Los terroristas de las FARC abrieron fuego en contra de las fuerzas militares cuando se disponían a atender las denuncias de la población sobre aumento de extorsiones en el departamento del Bolívar.

En el enfrentamiento que se produjo, fueron asesinados 2 guerrilleros y 1 se entregó a las autoridades y confesó que ellos pertenecían al frente 37 de las FARC.

El general Alberto Mejía, comandante del Ejército Nacional, informó en RCN Radio que los terroristas “tenían unos documentos que ya tiene la Fiscalía. Unos escritos en los que les ordenan toda una suerte de tareas, entre ellas, la de extorsionar a los mineros con una lista de más de dos páginas en las que se observa lo que pagaba cada mina, que son millones y millones”.

Inmediatamente, los jefes de las FARC trataron de negar los hechos y aseguraron que los terroristas no estaban delinquiendo sino trasladándose a las zonas de preagrupamiento.

Sin embargo, esta versión también resulta preocupante porque indica que ya se está poniendo en práctica el Acuerdo que fue rechazado en las urnas y en donde se establecen las zonas de concentración.

17 de noviembre de 2016.