La barca de Calderón
Por William Calderón Z.
4 de marzo de 2016
El niño inmaduro, Santin renacuajo
salió pa la Habana muy tieso y muy majo,
en avión privado, corte de lambones
viáticos pagados y plata a montones.
¡Muchacho, no salgas¡ le gritan las FARC
pero él hace un gesto y orondo se va.
Halló en el camino a un Burro vecino
y dijo: ¡mi nuevo mejor amigo!
Venga usted conmigo,
Visitemos juntos a doña Fariana
habrá francachela y habrá comilona.
A poco llegaron donde el dictador,
Burro estira el cuello, coge el aldabón,
da dos o tres golpes, y Fidel pregunta:
¿Quién es?
Yo mi amo dictador, beso a usted los pies
¿Está usted en casa? -Sí señor lo estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, traficando coca,
planeando torturas y armando a las FARC
pero eso no importa, bienvenidos son.
Se hicieron la venia, se dieron la mano,
y dice Maburro, que es más veterano:
«Mi amigo Santinflas, es un tiburón,
démele un mojito, hágame el favor».
Y en tanto que el pillo consume la jarra,
la momia en piyama trajo la guitarra
y Maburro pide canciones farianas
versos a las FARC, tonada elegante.
¡Ay!… de mil amores lo haría, camarada
pero no es posible darle gusto ahora,
pues tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa».
«Lo siento» responde la rata cubana,
«aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
el himno a las FARC.
Mas estando en esta brillante función
de baile y cerveza, guitarra y canción,
la CIA y la DEA salvan el umbral,
y vuélvese aquello el juicio final.
La vieja CIA pilló por la oreja
al bruto Maburro maullándole: ¡Hola!
y los marines transformers toman a la rata
unos por la cola y otro por las patas
Santin renacuajo mirando este asalto
tomando la toga que le dio el rey de España,
da un tremendo salto, traiciona a sus socios
como hizo con quienes le dieron su voto
Y abriendo la puerta con mano y narices,
se fue dando a todos noches muy felices.
para no perder su Nobel de Paz,
aunque le regale el país a las FARC.
Y siguió saltando tan alto y aprisa,
que perdió la capa, rasgó la camisa,
y se coló en la boca de un ELN tragón
que se lo embuchó de un solo estirón.
Y así concluyeron, uno, dos y tres
Maburro, Fidel y Santín después
DEA y CIA comieron y el ELN cenó,
¡Y Roycito el lambón, solito quedo!