El uribismo es distinto. El Centro Democrático no gana encuestas, gana elecciones.
La fuerza en Bogotá es callada, homogénea, disciplinada. Es una fuerza que vota.
A partir del 1 de enero de 2016 la firmeza de carácter, compromiso con los valores y los principios van a volver a gobernar a Bogotá.
El bogotano sabe lo que somos. Cuando el elector esté solo frente al voto, sin encuestas manipuladas y sin la propaganda de los candidatos de los medios, va a ver el logo del Centro Democrático y se va a acordar de los 8 años de buen gobierno. Los bogotanos van a recordar cómo devolvimos el país: lleno de esperanza.
Desde el 26 de octubre empezaremos a trabajar para salvar a Bogotá.