Un sin número de familias esperan a sus hijos, hermanos, primos y familiares. Pues aún tienen fe de que regresarán a su hogar, de donde un día los sacaron abruptamente y les robaron su inocencia, su niñez.
Columna del Senador Rigoberto Barón publicada el 27 de enero de 2017.
¿Por qué las FARC piensan que pidiendo disculpas a toda Colombia por los terribles hechos, que merecen cárcel pero que no tendrán y que además hasta el día de hoy siguen justificando, ya todo está hecho?
¿Por qué no materializan su arrepentimiento y devuelven los niños que tienen en su poder? ¿Acaso pensaron que entregando 13 niños nos darían contentillo a los colombianos y el resto sería una cifra más?
No podría decir qué es peor, si el hecho de que la gente aún se atreva a justificar la fiesta con menores, calificándola como un símbolo de «paz», el llamado baile de paz, o que piensen que las zonas de preagrupamiento son el sitio sagrado de formación y reintegración de los guerrilleros a la sociedad, cuando parecen más unas vacaciones pagas por cuenta de todos los colombianos.
Este país debe despertar y darse cuenta de que esos miles no están simbólicamente fuera de sus casas, ellos realmente están lejos de su familia, de su colegio, de sus amigos, de su hogar.
Y no siendo suficiente, delegados del Gobierno salen a los medios a decir que el acuerdo de desvinculación pactado el año pasado no se estaba llevando a cabo, porque el mecanismo no funcionaba. Pero, no funcionó o ¿simplemente no quieren entregarlos?
Esta situación es definitivamente indignante, no solo llenaron de sangre la historia de este país, grabando malos recuerdos en la memoria de cientos de colombianos, si no que ahora tienen en su poder a los niños, que son el futuro de este país, para prolongar una historia de sufrimiento en las próximas generaciones.
Por todo lo anterior yo me pregunto qué es lo que debemos hacer para que las FARC devuelvan a los niños, se les han enviado cartas, se han realizado plantones, con pruebas se ha demostrado una y otra vez que siguen teniendo niños en su poder.