No es extraño que el presidente Santos esté comprometido con las FARC en asegurarles el poder

Esta semana se escucharon voces anunciando un gobierno de transición, horas después de haber firmado el mismo Acuerdo rechazado por los colombianos, entre Santos y Timochenko.

Columna de Álvaro Hernán Prada publicada en El Diario del Huila el 28 de noviembre de 2016.

Algunos se ilusionaron pensando que salíamos de la tiranía y entraríamos en un Gobierno garantizador de la democracia. Lo propuse hace unas semanas, ante el evidente conejo al pueblo colombiano, que mostraba sus orejas, cuando el presidente daba declaraciones o sus ministros hablaban de inamovibles para no modificar lo entregado a los terroristas. Un gobierno que uniera al país luego de que el actual profundizara la división. Pero para sorpresa, quienes proponían eran miembros de la coalición de gobierno y de las FARC, para evitar que el Centro Democrático gane las elecciones presidenciales y puedan asegurar el transito al gobierno comunista.

Timochenko y sus secuaces hablan con prepotencia y repiten que salieron victoriosos con el Acuerdo. Santos por su lado, posa de pacificador cuando en realidad genera más polarización y violencia. ¿Qué tal que hubieran ganado el plebiscito? Si con la derrota propinada por el pueblo soberano pasan por encima del mandato entregado, sin importar los $ 300 mil millones gastados en la organización electoral, más publicidad y mermelada para que el pueblo decidiera.

Tampoco importó el llamado de miembros de las altas cortes, del fiscal general, de líderes internacionales que pidieron atender los cambios exigidos por quienes ganamos en las urnas. Anunciaron un nuevo acuerdo, aunque es el mismo con unos cambios cosméticos y advirtieron que no se podía realizar ningún cambio. Otra mentira, pues el ministro de defensa denunció un “Gazapo” de las FARC y Jaramillo, es decir un conejo nuevo, definición que dio a conocer Jaime Castro, y luego el día de la firma introdujeron 11 cambios con el nombre de “fe de erratas”, como lo recordó María Isabel Rueda en su columna de ayer. Debieron llamarlo “fe de ratas”. Gano el no y el presidente impuso el sí. ¡Así de fácil!

Hablan ya de fórmulas presidenciales. No es extraño que el presidente esté comprometido con las FARC en asegurarles el poder. Postulan a de la calle con Piedad córdoba, o a Roy Barreras con Claudia López, pero su meta está puesta en el 2022. Tal vez con Timochenko y Martín Santos. Así complacen a Enrique y a Juan Manuel porque quedarían con la fórmula completa, ahora que se sienten el remplazo del “brutal” dictador Fidel Castro.

Son simples ilusiones entre quienes creen que podrán seguir haciendo lo que les da la gana con el país, incluyendo el robo de las elecciones.

El pueblo no se dejará engañar, la indignación crece como las mentiras del presidente. Con herramientas jurídicas y movilizaciones sociales garantizaremos no un gobierno de transición al marxismo, sino un gobierno de rectificación de lo entregado, para cumplir con el mandato ciudadano.

No existe ninguna trampa que se pueda blindar o crimen que no se pueda castigar. La patria y la paz están heridas y nos corresponde sanarlas. Esta nueva batalla es la del bien contra el mal, la defensa de nuestros valores versus la imposición de los antivalores, la prevalencia del trato a las víctimas frente las concesiones a los victimarios, el imperio de la Ley y la constitución ante el golpe de Estado perpetrado por el tirano.

 

2 comentarios

  1. a mi que me expliquen que al hijo de nadie MARTIN CANALLA lo tienen como formula de Timochenko para el 2022,es decir el asesino con el inutll es la formula magica para que perpetuen el TIMISANTISMO logicamente que para esa fecha ya el cornudo prostatico y el tio comunista ya habran muerto pueda ser agrego yo

  2. Estamos de acuerdo en hacer un plebiscito para sacar al presidente y al congreso. Reformar el congreso y la figura del presidente para que lo que está sucediendo hoy no vuelva a ocurrir.

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